domingo, 22 de enero de 2006

EPOCA DE ELECCIONES EN PEÑAFLOR

Hoy, como ha sido costumbre en los últimos años, nos encontramos preparando las campañas de turno con un Partido que no se ha recuperado de los traumas que fueron propinados por otras elecciones, internas o externas, y las secuelas que estas han dejado.

¿Cuál es el Diagnóstico encontrado?

La Directiva: Electa como trampolín a unas candidaturas a Concejales ha hecho todo lo posible para mantener una Democracia Cristiana dividida, inmóvil, desprestigiada ante nuestros socios, adversarios y, sobre todo, al pueblo de Peñaflor. Su accionar, cuando existe, se traduce en realizar acciones que serán remuneradas por el candidato de turno.

El Consejo Comunal: No existe

La JDC: Sólo es un cargo uninominal que no tiene base ni representación.

Consejeros Provinciales: Responden a si mismos, intentan articularse, de alguna manera, con militantes preocupados del momento partidario además de realizar un tipo de acción coordinada con instancias provinciales.

Los militantes: Están dispersos, desamparados, sintiéndose utilizados por los candidatos de turno y desarraigados de su militancia. Muchos de ellos han renunciado al Partido o se han apartado de hecho.

¿Por qué ocurre ésto?

Nuestro Partido siempre privilegió la acción basada en ideas. Como Partido Político veíamos la realidad y éramos capaces de interpretarla a la luz de nuestra Ideología y pensar en las soluciones "desde" el Pueblo y "con" el Pueblo. La Revolución en Libertad fué la síntesis de lo que queríamos para Chile y esto era asumido por los Demócrata-cristianos en todas las comunas del País. La Reforma Agraria, la Justicia Social, el Socialismo Comunitario eran, entre otras, las consignas que nos ayudaban a focalizar nuestra acción partidaria. La Juventud, Las mujeres, los trabajadores del campo y la ciudad, los pobladores, etc. Los chilenos veían en nuestros militantes a los líderes que eran capaces de mostrarles el camino a un futuro mejor.

La Dictadura nos enseñó que, además, los Demócrata-cristianos éramos capaces de arriesgar nuestro futuro y hasta nuestra vida por esos ideales. Los Chilenos vieron, en cada lugar de nuestro país, a nuestros militantes dando ejemplos vitales de lo que decíamos. Fuimos el faro señero que le mostró a Chile el camino para recuperar la Democracia y Chile nos honró como la primera fuerza política y a uno de los nuestros como Presidente de la República, nuevamente, con la mayoría absoluta de los votos.

Pero, La lucha por conquistar la Democracia nos impidió analizar lo que estaba pasando en el mundo.

La revolución de las comunicaciones, la Globalización basada en el modelo capitalista de desarrollo, el auge de la libertad como valor preeminente y el individualismo como base de las relaciones entre las personas nos ha afectado enormemente. No hemos sido capaces de interpretar, a la luz de nuestros valores y principios, al Chile de hoy. Es más, hay entre nosotros quienes incluso dudan de esos valores y principios y posicionan al Partido como un instrumento cuyo único fin es la obtención y la mantención del Poder.

La preocupación por el dinero, los cargos y los "pitutos" ha reemplazado al servicio a los pobres, a la solidaridad, a la búsqueda del bien común y el tener más Senadores, Diputados, Alcaldes, Concejales, Consejeros Regionales, etc. ha reemplazado en nuestras prioridades el buscar para qué los necesitamos.

El Pueblo esta vez ha respondido rechazando nuestro accionar. En los últimos siete años no hemos podido llevar un(a) candidato(a) a Presidente de la República en dos elecciones consecutivas. Hemos descendido de 14 senadores y 34 diputados a solo 6 senadores y 21 diputados. En nuestro Distrito hemos perdido al diputado y en nuestra comuna de un Alcalde y dos concejales (más un radical electo en subpacto con la DC), bajamos a dos concejales que, además, actúan descordinadamente. Debemos señalar que en Peñaflor la Concertación llevó a uno de los nuestros de candidato a Alcalde y fue derrotado ampliamente a pesar de que nuestro Pacto obtuvo la mayoría absoluta de los votos en concejales (se obtuvieron cuatro de seis)

¿Qué hacer?

Quizá la respuesta está en el volver a las raíces y comenzar de nuevo.

A partir de nuestros valores y principios debemos ser capaces de entender la realidad actual. Interpretar hacia donde va el mundo y por qué hemos perdido sintonía con la gente, especialmente los más jóvenes. La Democracia Cristiana debe ser de nuevo el Partido de Todos especialmente cuando vivimos en una cultura individualista donde el sentido social de los individuos se ha debilitado. Es preciso reconocer que el proceso de individuación constituye un proceso de maduración humana, ya que el sujeto se hace responsable de su propia vida. Pero también existe el peligro de perder el horizonte de ser un sujeto social y que vivir es convivir.

La libertad no puede ser un fin en si misma sino un medio para lograr una sociedad más justa, más solidaria, más armoniosa y más tolerante, es decir más humana. Es nuestro deber como Partido fundado en la visión cristiana del hombre colaborar para convencer a nuestros compatriotas para invertir en esa sociedad.

¿Cómo hacerlo?

Esta vez el objetivo es más grande: debemos recomponer nuestro Partido y ponerlo en marcha. Y esto lo haremos a través de nuestros militantes, encabezados por nuestras legítimas autoridades, entendidas estas no en la capacidad de mandar, que puede confundirse con coacción, sino en su superioridad para iluminar la libertad del sujeto. “La autoridad de la autoridad apela a la libertad de la libertad para que el sujeto se encamine hacia su auténtica realización como ser humano social. Es el sujeto que reconoce su necesidad de la autoridad para poder ejercer responsablemente su libertad”(centro de Etica U. Alberto Hurtado.)

Los Democratacristianos de Peñaflor tenemos la capacidad, la energía y la motivación necesarias. Hemos sido capaces, en las campañas y tareas asumidas, de lograr una organización capaz de lograr cumplir objetivos previamente señalados y, principalmente, lo hacemos con altura de miras, reconociendo y aceptando las virtudes y errores de nuestros camaradas.
Hoy debemos dar un paso más. El proceso electoral llamado a renovar a las Autoridades del Partido nos plantea el desafío de asumir el compromiso de hacer carne nuestra idea de diseñar el Partido que queremos y dar una señal a los millones de chilenos que nos observan. Don Eduardo Frei Montalva señalaba que una cosa es pertenecer a un partido y otra es ser víctima del partidismo. Si los partidos no son capaces de estar al servicio de la nación, y no de sus militantes; si los partidos no son capaces de interpretar a la inmensa mayoría de los chilenos que, al igual que en casi todas las naciones, carecen de partido y se inclinan a los que mejor interpretan sus pensamientos y sus sentimientos, entonces los partidos no tienen razón de ser. (Eduardo Frei Montalva; 11 de Diciembre de 1956).

¿Qué proponemos?

1. Hacer un análisis de la realidad partidaria a nivel nacional y adoptar una posición frente a la elección de autoridades nacionales del Partido. Esto no implica una opción por una candidatura en especial, pero sí acerca del rol que la Democracia Cristiana debe cumplir y la renovación necesaria para poder hacerlo. Tenemos el derecho y el deber de asumir una posición nítida, pero no podemos caer en la tentación de poner la carreta delante de los bueyes.

2. El PDC a nivel de Distrito y Provincia debe presentar con meridiana claridad objetivos a cumplir que vayan en concordancia con el País que queremos y el Partido como catalizador de ese proyecto y quienes militamos en la Comuna de Peñaflor debemos asumir un papel clave en la articulación del próximo Consejo Provincial del Partido. En lo posible debe ser fruto de un gran consenso para llevar a buen puerto nuestras ideas, pero de no lograrse no debemos temer una confrontación leal en pos de los objetivos trazados.

3. La comuna es la base de la estructura de nuestro País y por esto es el nivel territorial más próximo en el cual el pueblo, directamente, elige a sus autoridades y representantes. Esta instancia debe ser, para nosotros, la más importante. Fortalecer la estructura partidaria a nivel comunal es el punto de partida para comenzar a cimentar el logro de nuestros objetivos. Un Consejo Comunal que contemple una directiva comprometida por los próximos dos años con los ciudadanos de Peñaflor, un equipo juvenil pujante, un departamento de la mujer dedicado a los problemas de género, un frente de pobladores inserto en nuestra realidad territorial, un frente sindical imbuido de los problemas y soluciones en el ámbito del trabajo, militantes que, viviendo con alegría el ser democratacristianos, se sientan parte de las soluciones que Peñaflor necesita.

4. Nuestro Presidente Comunal debe ser servidor de todas y todos, dispuesto a mantener vivo al Partido apoyando a todos los frentes y departamentos. Además debe ser mandatario, es decir que las decisiones o votos que tenga que asumir en instancias superiores sean acordadas con las instancias comunales. Debe ser guía y, por lo tanto no debe ser dependiente en términos laborales, directos o indirectos, con organismos del Estado o de Gobierno que puedan ser un obstáculo para cumplir su cometido.


Dr. Braulio Contador Peña
Enero de 2006.-