sábado, 24 de noviembre de 2012

Senadores Rincón y Ruiz-Esquide por acuerdo en Ley de Pesca: “Un error histórico que aún se puede reparar”




Los senadores que firmamos esta carta creemos profundamente en la democracia y que ella exige diálogo, ponerse de acuerdo, avanzar entendiendo que se deben conciliar distintas posiciones. Pero todo proceso de negociación tiene límites que no pueden traspasarse, pues de lo contrario se renuncia a aspectos de principio que desnaturalizan nuestras convicciones políticas.

El camarada Ignacio Walker ha enviado una declaración pública a los medios de comunicación, donde informa de un "acuerdo alcanzado entre el Gobierno, la bancada de Senadores de la Democracia Cristiana y el Senador Fulvio Rossi del Partido Socialista".

Frente a ello, debemos hacer ciertas precisiones:

1.- No fue un acuerdo de la Bancada Democratacristiana, pues un requisito básico para que existiera como tal era la concurrencia de todos nosotros y ello no fue posible pues el Gobierno no accedió a consignar y resguardar principios básicos en materia de conservación de nuestros recursos naturales

2.- Responsablemente queremos ser claros frente a ustedes. No respaldamos este acuerdo pues contiene un error que -de no remediarlo- puede tener consecuencias históricas.

Antes de entrar a explicar lo anterior, es importante reconocer que tanto el proyecto de ley como el señalado acuerdo contemplan aspectos positivos, tales como la determinación de la cuota global de captura por parte de los comités científicos.

De la misma manera y producto de la enorme contribución de la senadora Soledad Alvear, la ley establecerá que “Los recursos hidrobiológicos están sometidos a la soberanía del Estado de Chile”, pero ¿qué viabilidad tiene esta norma si en otro artículo de la ley, producto del mismo acuerdo, se le entrega por veinte años renovables automática e indefinidamente (es decir por 40, 60, 80 años y ad eternum) los peces que son de todos los chilenos a cuatro empresas?

Nos restamos del acuerdo por dos razones esenciales.

En primer lugar, otorgar el 85 por ciento de la cuota industrial a un pequeño grupo de empresas por 20 años renovables ad eternum nos parece excesivo. La industria pesquera se desarrolló sin problemas teniendo como marco regulatorio una ley cuyo plazo de vigencia fue de 10 años. No obstante, estuvimos dispuestos a acordar un plazo de 15 años, lo que fue rechazado por el gobierno y aceptado en el acuerdo.

Pero más grave aún que los 20 años, nos restamos del acuerdo pues creemos que no es posible aceptar, en ningún proceso de negociación, una norma que vulnere la definición esencial que debe fundar el marco regulatorio pesquero: los peces son de todos los chilenos. Por ello, toda licencia de extracción debe ser temporal y no renovable, de tal manera que ninguna persona o empresa pueda esgrimir ahora o en el futuro “derechos de propiedad” sobre un recurso que es patrimonio de la nación toda. Se trata de un principio intransable que debe inspirar nuestro actuar no sólo en ésta, sino en todas las discusiones sobre nuestros recursos naturales.

El tema no es menor, son más de mil millones de dólares al año, asignados a unos pocos privilegiados, en desmedro de la gran mayoría de chilenos. Si un próximo Gobierno o Congreso De la República quiere reparar este error, el Estado tendrá que expropiar a las empresas dueñas de licencias de extracción, y pagarles por un recurso que es de todos. Como lo han dicho destacados economistas, con esta norma al día siguiente de aprobada la ley un puñado de empresas van a poner en sus activos varios miles de millones de dólares, recibidos gratuitamente y mediante una verdadera expropiación que está sufriendo el patrimonio de todos los chilenos y chilenas, actuales y futuros.

Adicionalmente, bajo la fórmula acordada, los pescadores artesanales nunca más podrán mejorar su cuota de extracción en el futuro.

En la misma línea, lamentamos que este acuerdo solo contenga aspectos relacionados con el sector industrial pesquero, pero no signifique ningún avance concreto para los pescadores artesanales.

No nos parece una ley justa aquella que le entrega 27 kilos de merluza adicionales al año a cada pescador artesanal entre la cuarta y décima región. No nos parece justa una ley que le sube apenas 187 kilos de jurel al año a cada pescador artesanal, lo que equivale a 30.000 pesos anuales, (2.500 mensuales)

Seguiremos trabajando, en el Congreso y de ser necesario ante el Tribunal Constitucional, para alcanzar una ley de pesca justa y evitar que se consolide este acuerdo como un lamentable error histórico. 

Mariano Ruiz Esquide   Ximena Rincón

Senador Ignacio Walker: "Conservación, incorporación de nuevos actores y defensa de la pesca artesanal son los criterios que han prevalecido en Ley de Pesca"


El Presidente de la Democracia Cristiana, Ignacio Walker, se refirió esta mañana al acuerdo suscrito sobre la modificación de la Ley de Pesca entre gobierno, la bancada de senadores DC, el senador Fulvio Rossi (PS) y otros senadores, puntualizando y aclarando cuales son sus aspectos medulares, "es importante eliminar los mitos que hay en este debate y que haya transparencia y claridad en los argumentos para que los chilenos puedan entender lo que se ha aprobado";


1.  El 31 de diciembre vence la actual Ley de Pesca de 2001 lo que significa que, de no haber acuerdo y una nueva ley antes de esa fecha, el 1 de enero parte la "carrera olímpica" (ley de la selva) con serio riesgo de depredación y daño irreparable para la pesca chilena.  Es un deber despachar la Ley de Pesca antes del 31 de diciembre y la bancada DC de senadores ha concurrido con sus votos a dicho acuerdo pensando en los intereses generales del país;

2.  Sustentabilidad, rentabilidad y equidad son los tres principios que ha querido conjugar la Democracia Cristiana, en la Cámara de Diputados y en el Senado, teniendo como único norte las exigencias del bien común;

3.  El principio fundamental (columna vertebral) que recorre todo el proyecto es el deconservación, preservación y sustentabilidad de los recursos pesqueros (pesquerías) a fin de garantizar el desarrollo de la industria pesquera (industria y pesca artesanal) en condiciones sustentables.  Se crean los Comités Científicos para que las decisiones políticas tengan un sustento adecuado en consideraciones científicas, como lo han reconocido diversas organizaciones ambientalistas en relación a este proyecto.  Un reforzado Instituto de Fomento Pesquero (IFOP), con presupuesto permanente y evaluaciones externas, y una reforzada Sernapesca en materia de fiscalización, contribuyen a este objetivo.

4.  El segundo principio es el de soberanía y jurisdicción del Estado de Chile sobre la zona económica exclusiva (200 millas), mar territorial y plataforma continental, de los recursos hidrobiológicos y ecosistemas.  Los peces son de nadie en particular ("res nullius") y de todos los chilenos y chilenas en general. Los peces no tienen dueño, ni privado ni estatal.  El estado ribereño (Chile, en este caso) tiene el derecho de regular y administrar la exploración y explotación de los recursos pesqueros en la zona mencionada.  El estado, como garante del bien común, está llamado a regular estos recursos.  Este es un principio irrrenunciable que quedó en el artículo 1 del proyecto, es decir, es el principio que informa todo lo demás.

5.  El tercer criterio que hemos suscrito y empleado es el de incentivar la incorporación de nuevos actores a la actividad pesquera.  Hoy las llamadas "siete familias" y "cuatro empresas" tienen licencias indefinidas, intransferibles e indivisibles, en virtud de la legislación vigente, lo que dificulta la incorporación de nuevos actores.  Para facilitar esto último se contemplan cuatro medidas: (1) caducidad total o parcial respecto de aquellas licencias en que no se cumplan con las normas básicas que regulan la pesca, a fin de licitar esas cuotas y facilitar la incorporación de nuevos actores, (2) licitación de nuevas pesquerías, al igual que países como Nueva Zelandia, Dinamarca y Noruega, (3) licitación de excedentes, al igual que otros países desarrollados y pesqueros, lo que significa propender a la sustentabilidad de las pesquerías asegurando que cuando se produzcan excedentes habrá licitaciones y nuevos actores (al menos el 15% de la cuota global deberá ser licitada a todo evento, debiendo privilegiarse el criterio de rendimiento máximo sostenible) y (4) hacer transferibles y divisibles las licencias (hoy son intransferibles e indivisibles) pues los nuevos actores solo pueden incorporarse si pueden comprar cuotas.  Se trata de crear un mercado de recursos pesqueros que facilite la incorporación de nuevos actores;

6.  Hemos transformado las licencias de pesca indefinidas (ley de 1991) entemporales ("licencias temporales" dice el proyecto aprobado), por un período de 20 años que serán renovables sólo si cumplen con los requisitos que establece la ley (no hay renovación automática).  Este es un cambio fundamental pues tanto la situación actual existente desde 1991 como el proyecto aprobado por la Cámara de Diputados (no tuvimos mayoría) contemplan licencias indefinidas.

7.  Nuestra atención prioritaria ha estado dirigida a defender los intereses de la pesca artesanal.  En Chile hay unas 350 embarcaciones de la gran industria, unas 1.000 embarcaciones (de 12 a 18 metros) tipo lanchones o semi industriales-artesanales (que pescan el 90% de la pesca artesanal) y 11.000 boteros (embarcaciones inferiores a 12 metros).  Hemos asegurado una milla exclusiva para estos últimos pues los lanchones o semi-industriales, y a veces los industriales, suelen perforar esa milla, defendiendo de esta manera la situación de 40.000 personas que dependen de la pesca artesanal.  Hemos incorporado posicionadores satelitales y exigido certificados de desembarco para las embarcaciones tipo lanchones o semi industriales, para proteger tanto la sustentabilidad de las pesquerías como la pesca artesanal.  En el plazo de 6 meses el gobierno enviará un proyecto creando el "INDAP de la pesca artesanal" y velaremos por las cláusulas sociales y laborales que recoge el proyecto en beneficio de los trabajadores de la pesca;

8.  Abogaremos por el reconocimiento de los derechos de los pueblos originarios en el borde costero en la Ley Lafquenche.

Estos son solo algunos aspectos medulares del informe de 412 páginas sobe ley de pesca, que no dudo en calificar como un avance para la exploración y explotación de recursos pesqueros, sobre la base de la sustentabilidad, rentabilidad y equidad de los recursos pesqueros, teniendo como único norte las exigencias del bien común.

La Democracia Cristiana trabaja para el país y la bancada de senadores DC cree haber contribuido a ello al aprobar la modificación de la ley de pesca (cuya tramitación seguramente concluirá la próxima semana).

Ignacio Walker
Presidente Nacional del PDC