lunes, 31 de mayo de 2010

El día después de una Junta Ilegítima: Decisiones

La actual situación nos ha puesto, como demócratacristianos, en una gran disyuntiva.

Quienes tratamos de que la sensatez y las convicciones primaran por sobre los grupos de poder a la luz de la realización, a pesar de su ilegitimidad clara y contundente de acuerdo a nuestra legislación interna vigente, de la última Junta Nacional. No tuvimos éxito. Las razones son muchas y no vale la pena ahondarlas acá. Solo establecer que la pelea se dio y que los camaradas verdaderamente comprometidos en la tarea no claudicaron.

Menos de doscientos delegados, de seiscientos habilitados, aprobaron reformas y planes estratégicos que nunca fueron discutidos con la militancia. La representatividad no funcionó. Es mas, muchos, tal vez la mayoría de los delegados, escuchaban por primera vez un Plan que busca señalar el transitar de la colectividad por los próximos 10 años.
Quienes fueron designados para conducirnos según las normas establecidas decidieron cambiarlas a conveniencia.

La carrera por la Presidencia del PDC, dotar de más poder a los Alcaldes, equiparándolos al que ya tienen Senadores y Diputados en nuestra normativa, era lo primordial y las máquinas trabajaron para ello y hoy se preparan para el "acarreo" virtual y físico. Quienes fueron designados para representar nuestras ideas y proponerselas al País, trabajando leal y fuertemente para la ciudadanía toda, sirviéndola desde los cargos que la Constitución señala, Terminan adueñándose del Partido y borrar toda instancia de fiscalización interna a su quehacer edilicio o parlamentario. Nuestros ancestros decían que "Quien mucho abarca, poco aprieta". Los resultados estarán a la vista.

En esta aciaga jornada,nuevamente la militancia real, aquella que aún mantiene las convicciones, está inserta en la base social y paga sus cuotas está nuevamete postergada. Se les nivela con esa "neomilitancia" que con sus firmas en el SERVEL les ahorra tener que recolectarlas elección a elección y están, favores previos, disponibles a ser acarreados por los "operadores" de siempre. Ya habrá, como siempre, un "perdonazo" a quienes no pagan cuotas e, incluso, apoyaron candidatos de otras colectividades dentro y fuerta de nuestro marco de alianzas.

En resumen no hubo espacio para la necesaria refundación. ¿La habrá en algún momento?... No lo se. Se habla de "Renovación" que, al decir de muchos tiena bastante de "gatopardismo", es decir promover un cambio para que todo siga igual.

¿Queremos esto?

Ante este diagnóstico, las alternativas disminuyen y se reducen, en mi opinión, principalmente, a tres:

1.- Plantear que el Partido "se perdió", ya dejó de ser el instrumento válido para los cambios que Chile requiere, y asumir la dolorosa salida.

2.- Claudicar ante la realidad existente (hechos consumados), apoyando a alguna candidatura y esperar que la Divina Providencia ilumine a los oligarcas de siempre.

3.- Aprovechar la ventana abierta en la "Nueva Institucionalidad de Hecho" y apoyar o levantar una lista que lleve como Objetivos mínimos: Asumir el V Congreso Ideológico y Programático, Nuevo Estatuto, Nuevo Padrón de Militantes, aumentar fuertemente la participación de la base en las decisiones partidarias y otras tareas de Refundación.

El tiempo de las reflexiones se acabó y empezó el de las decisiones. Que sea lo mejor para Chile y para el, todavía nuestro, Partido Demócrata Cristano.

Braulio Contador Peña
Militante de Peñaflor

miércoles, 26 de mayo de 2010

Convocatoria 29 de mayo frente al Congreso Nacional, Valparaíso

Estimados Camaradas:

Este sábado 29 de Mayo, a las 9:00 AM en el frontis del Congreso Nacional, en Valparaíso, los convocamos a gritar con FUERZA y CLARIDAD para que todo Chile escuche que:

¡Estamos en contra de la imposición y aprobación de un plan estratégico, ideado y planificado por un grupo de dirigentes cupulares, cuya duración es por los siguientes 10 años, lo cual arbitrariamente atenta contra las resoluciones del Vº Congreso, e impide la participación y la opinión de los militantes!

¡Los militantes no aprobamos una cuenta política del camarada Juan Carlos Latorre, quien pretende liberarse, junto a su directiva, de la responsabilidad política de la derrota presidencial!

Declaramos y expresamos nuestra más firme decisión, que haremos todo lo que está a nuestro alcance para que no se hagan efectivas las reformas estatutarias pues ésta es una junta ilegítima, lo que se fundamenta en que la estructura de ésta no ha sido renovada según los estatutos del PDC ¡sólo aprobaremos el paso a elecciones y el debate político!

De la misma forma planteamos, que la próxima Directiva Nacional, debe ser elegida según los principios básicos estatutarios: Un militante un voto y con un claro mandato: Limpieza del padrón de militantes, reforma de estatutos, renovación de los delegados a la próxima Junta Nacional, renovación de todas las estructuras dirigenciales y órganos internos del PDC, todo esto en el marco de las conclusiones del Vº Congreso Ideológico y Programático del PDC que, con participación de la militancia, marcaron el rumbo hasta el 2027.

Debemos impedir cualquier intento de la Oligarquía del partido en pos de amarrar una lista de consenso o acuerdo bajo cualquier pretexto, el cual sólo entorpecería un debate real y participativo de las bases demócratas cristianas.


Hoy les decimos camaradas, ¡No más silencio! ... ¡No seguiremos ni un minuto más agachando la cabeza frente a las decisiones de unos pocos, sin considerar la opinión y participación de la militancia!

¡Demostremos que cuando las bases hablan, los poderes fácticos callan!

Camaradas, estuvimos en la marcha de la CUT, dando la cara, siendo las únicas banderas Demócratas Cristianas. Entregamos una carta a la Directiva Nacional “de hecho”, solicitando su renuncia y encarando la ilegitimidad de la junta acompañado de 97 firmas de militantes DC. Ahora debemos estar presentes con nuestra voz, nuestra experiencia, nuestro Humanismo Cristiano y nuestro espíritu Demócrata.

Estamos convencidos que la única instancia legitimada para decidir el futuro de la Democracia Cristiana y mandatar un proceso de Refundación son las bases Demócratas Cristianas.

¡Ni lotes, ni oligarquías, ni cúpulas, ni dirigentes nacionales son más grandes que el Partido!

Por todo lo anterior tenemos que estar presentes en el frontis del Congreso Nacional ubicado en Av. Pedro Montt s/n, Valparaíso, el sábado 29 de mayo a partir de las 09:00 horas.

Los esperamos siempre defendiendo los valores de la camaradería y fraternidad Demócrata Cristiana,



Movimiento Refundación PDC

viernes, 14 de mayo de 2010

CARTA ABIERTA A LA DIRECTIVA NACIONAL DE LA DEMOCRACIA CRISTIANA

“Nadie es más grande que el Partido”. Ese fue el legado que nos dejó Tomic y que seguramente hubiese deseado que se mantuviera como parte del alma de la Democracia Cristiana. Lamentablemente algo le ocurrió al PDC, pues este norte lo fuimos perdiendo en el camino, una parte importante de esa pérdida les corresponde a ustedes como Directiva Nacional.

Son ustedes los que establecieron que el PDC eran los puestos de trabajo en el gobierno, que eran los altos cargos de la estructura nacional, como la Junta o el Consejo, que eran los diputados, senadores o alcaldes, que eran los lotes internos, las “máquinas” que podían repartirse el poder dando la espalda a lo que los fundadores esperaban de nosotros.

¡Son ustedes camaradas los que olvidaron que el PDC somos mujeres y hombres del pueblo, jóvenes y viejos que siguen cada día soñando, trabajadores, profesionales, estudiantes que entraron a la Democracia Cristiana con un solo deseo: servir al país y en especial a los más necesitados!

Hoy ustedes - para nosotros y para la gran mayoría de los militantes de base del PDC - son una directiva ilegitima e ilegal. Sí…, ilegal porque fueron mucho más allá de cumplir su mandato, excediendo su período y abriendo paso a la mayor crisis que la Democracia Cristiana haya vivido en los últimos treinta años…, ilegitima porque hace ya mucho tiempo no nos representan, no nos convocan, no fueron capaces de asumir los acuerdos del V Congreso Ideológico y Programático, no fueron capaces de asumir la responsabilidad política de la derrota electoral recién pasada y, lo más grave aún, no fueron capaces de sintonizar con los intereses, necesidades y anhelos del pueblo chileno.

Ahora les exigimos que se vayan en silencio, sin aspavientos, sin aplausos, sin elogios; que el día 29 de mayo, día de la Junta Nacional - que está deslegitimada para definir el futuro de la DC - sólo den paso a las elecciones internas y al debate político desde las bases. Que en un acto de dignidad humana, no cometan la soberbia de querer plantear reformas estatutarias o dictar nortes de acción y que, de una vez por todas, tengan el coraje de asumir su responsabilidad política frente a lo que el país ha vivido en este último tiempo.

La única instancia legitimada para decidir el futuro de la Democracia Cristiana y mandatar un proceso de Refundación son las bases demócratas cristianas. Ni lotes, ni oligarquías, ni cúpulas, ni dirigentes nacionales son más grandes que el Partido.

Ustedes deben renunciar a conducir el PDC y no ser un obstáculo para que las bases demócratas cristianas - mediante su voz y su voto – inicien una nueva época para el PDC como instrumento eficaz de cambio social.

NADIE ES MÁS GRANDE QUE EL PARTIDO: eso fue lo que ustedes olvidaron y lo que debemos recuperar imperiosamente por el bien del PDC y de Chile.

MOVIMIENTO REFUNDACION PDC

Carlos Arancibia Neculman, militante de Conchalí

Carlos Jaime Aravena Álvarez, militante Cartagena

María Teresa Araya Olivares, Profesora, Jubilada, La Reina

Bernardo Arriaza González, Ex Alcalde Rinconada de Los Andes

Samuel Astorga Salinas, militante de Iquique

Cristián Bisquertt Zavala, Ex Embajador de Chile

Patricio Bravo S., militante La Reina

Elías Briceño Olguín, Vicepresidente PDC Provincial Santiago Sur oriente

Alejandro Carrasco Urrea, Vendedor, militante comuna de La Reina

Ana María Casanova Riffo, militante de Ñuñoa

Emilio Castro Fariña, militante La Reina

Mónica Cavada López militante de Los Lagos, Región de Los Ríos

Ivonne Concha Alarcón, militante comuna de Las Condes

Renato Andrés Contador Cavada, Jugador de Football Americano, Militante PDC Peñaflor

Braulio Ariel Contador Peña, Cirujano Dentista, Militante de Peñaflor

Roque Cotorás, Delegado a la junta JDC, militante comuna Las Condes

Mildred Cubas Astorga, Región de Coquimbo

Phillips Cubillos L, militante de Puente Alto, DCU-UAHC

Mario Andrés Díaz Molina, militante de Linares

Carlos Dupré Contador, Presidente Comunal JDC Las Condes

Ricardo Estrada Araneda, Presidente Comunal Lota

Fernando Flores Tapia, Malloa Sexta Región

Gloria Fuentes Needham, Licenciada en Filosofía, militante de San Joaquín

Leonor Gallardo Fuentes, militante de Quilicura

Gastón Gallegos Vásquez, militante de Villa La Reina ex dirigente de base, La Reina

Christian Garrido Sáez, dirigente juvenil, comuna de San Joaquín

Mario Giannetti, militante de Peñaflor

Jorge Gibert Galassi, profesor universitario, militante Viña del Mar

Hernán Mauricio Guiñez Monca, militante comuna de La Unión

Jorge Gajardo Huenulaf, Gestor Socio Cultural, militante de Recoleta

Gloria Maritza Hurtado Garay, militante de Osorno

Jorge Guzmán Briones, Arquitecto, dirigente gremial, militante comuna de la Reina

Rafael Herrera Mejías, militante Santiago Centro, ex Presidente JDC Conchalí

Valeska Lagos Gallegos Militante de Peñaflor

Gloria Maritza Hurtado Garay, militante de Osorno

Alissen Yasna Jaroba Ordenes, militante Lo Prado

Víctor Leiva Maureira, militante comuna de Antofagasta

Teresa López López, secretaria Ejecutiva USACH

Marcelo Martínez Keim, sociólogo y profesor universitario

Manuel Alberto Miranda Juárez, Ingeniero de Minas, Jubilado, La Reina

Salvador Molina Bustos, militante de la Comuna de Maipú

Cristian Morales Salvo, Ex Presidente JDC Lo Espejo, gestor social

Andrés Mosqueira Campos, militante de Santiago

Daniela Muñoz Leiva

Jorge Osorio Ulloa, militante comuna de Maipú

Luis Mariano Padilla Nuñez, Consejero Provincial en el Cautín, Temuco

Mario Peñailillo Acevedo, ex Vicepresidente Nacional de la JDC

Renán Peralta, militante Talagante

Ofelia Pezoa Villagrán, militante de Pucón

Carmen Ester Pino Chacón, militante de Conchalí

Viviana Raquel Quiero Zarate, comuna de Los Andes

Cristian Ramos, Presidente Provincial de la JDC Magallanes

Eduardo Riveros Miranda, militante La Reina

Jaime Rodrigo Riquelme Donoso, militante de Maipù

Francisco Javier Rodríguez, Santiago, de Chile

Aurora Rojas, Dirigente Social, militante de San Joaquín, Secretaria Comunal PDC

Mónica Ruiz Tagle, militante de Viña del Mar

Víctor Domingo Silva Gatica, militante de San Joaquín

Milton Saldivia Campos, militante comuna de San Bernardo

Leonel Sánchez Jorquera, dirigente social, militante de San Joaquín

Silvia Sanhueza Martínez, militante en la comuna de Nogales, Región de Valparaíso

Diego Armando Solís Catalán, Interno de Tecnología Medica Mención Imagenología y Física Médica, Presidente Comunal JDC Lago Ranco

Marta Suazo Flores, Vicepresidenta Comunal Vallenar del P.D.C.

Ana María Tapia Llanos, militante de Talcahuano

Luisa Ubilla Silva, militante Villa Alemana

Héctor Ulloa Tapia, militante de Recoleta

Pablo Ornaldo Valenzuela Huanca, Intendente de Tarapacá durante el 2008, Iquique

Juan Pablo Vera Vera, militante La Reina

María Verónica Montecinos Pino - militante San Miguel

Inés Villa, militante La Reina

Sergio Villegas Ortiz, Vice-presidente comunal Arica

Fabiola Alejandra Yanquez, dirigente social, militante de Talagante

Lilio Yáñez Ramírez, dirigente comuna de Pedro Aguirre Cerda

sábado, 8 de mayo de 2010

HANS KÜNG Carta abierta a los obispos católicos de todo el mundo 15/04/2010

Estimados obispos,


Joseph Ratzinger, ahora Benedicto XVI, y yo fuimos entre 1962 - 1965 los dos teólogos más jóvenes del concilio. Ahora, ambos somos los más ancianos y los únicos que siguen plenamente en activo. Yo siempre he entendido también mi labor teológica como un servicio a la Iglesia. Por eso, preocupado por esta nuestra Iglesia, sumida en la crisis de confianza más profunda desde la Reforma, os dirijo una carta abierta en el quinto aniversario del acceso al pontificado de Benedicto XVI. No tengo otra posibilidad de llegar a vosotros.


Aprecié mucho que el papa Benedicto, al poco de su elección, me invitara a mí, su crítico, a una conversación de cuatro horas, que discurrió amistosamente. En aquel momento, eso me hizo concebir la esperanza de que Joseph Ratzinger, mi antiguo colega en la Universidad de Tubinga, encontrara a pesar de todo el camino hacia una mayor renovación de la Iglesia y el entendimiento ecuménico en el espíritu del Concilio Vaticano II.

Mis esperanzas, y las de tantos católicos y católicas comprometidos, desgraciadamente no se han cumplido, cosa que he hecho saber al papa Benedicto de diversas formas en nuestra correspondencia. Sin duda, ha cumplido concienzudamente sus cotidianas obligaciones papales y nos ha obsequiado con tres útiles encíclicas sobre la fe, la esperanza y el amor. Pero en lo tocante a los grandes desafíos de nuestro tiempo, su pontificado se presenta cada vez más como el de las oportunidades desperdiciadas, no como el de las ocasiones aprovechadas:

- Se ha desperdiciado la oportunidad de un entendimiento perdurable con los judíos: el Papa reintroduce la plegaria preconciliar en la que se pide por la iluminación de los judíos y readmite en la Iglesia a obispos cismáticos notoriamente antisemitas, impulsa la beatificación de Pío XII y sólo se toma en serio al judaísmo como raíz histórica del cristianismo, no como una comunidad de fe que perdura y que tiene un camino propio hacia la salvación. Los judíos de todo el mundo se han indignado con el predicador pontificio en la liturgia papal del Viernes Santo, en la que comparó las críticas al Papa con la persecución antisemita.

- Se ha desperdiciado la oportunidad de un diálogo en confianza con los musulmanes; es sintomático el discurso de Benedicto en Ratisbona, en el que, mal aconsejado, caricaturizó al islam como la religión de la violencia y la inhumanidad, atrayéndose así la duradera desconfianza de los musulmanes.

- Se ha desperdiciado la oportunidad de la reconciliación con los pueblos nativos colonizados de Latinoamérica: el Papa afirma con toda seriedad que estos "anhelaban" la religión de sus conquistadores europeos.

- Se ha desperdiciado la oportunidad de ayudar a los pueblos africanos en la lucha contra la superpoblación, aprobando los métodos anticonceptivos, y en la lucha contra el sida, admitiendo el uso de preservativos.

- Se ha desperdiciado la oportunidad de concluir la paz con las ciencias modernas: reconociendo inequívocamente la teoría de la evolución y aprobando de forma diferenciada nuevos ámbitos de investigación, como el de las células madre.

- Se ha desperdiciado la oportunidad de que también el Vaticano haga, finalmente, del espíritu del Concilio Vaticano II la brújula de la Iglesia católica, impulsando sus reformas.


Este último punto, estimados obispos, es especialmente grave. Una y otra vez, este Papa relativiza los textos conciliares y los interpreta de forma retrógrada contra el espíritu de los padres del concilio. Incluso se sitúa expresamente contra el concilio ecuménico, que según el derecho canónico representa la autoridad suprema de la Iglesia católica:

- Ha readmitido sin condiciones en la Iglesia a los obispos de la Hermandad Sacerdotal San Pío X, ordenados ilegalmente fuera de la Iglesia católica y que rechazan el concilio en aspectos centrales.

- Apoya con todos los medios la misa medieval tridentina y él mismo celebra ocasionalmente la eucaristía en latín y de espaldas a los fieles.

- No lleva a efecto el entendimiento con la Iglesia anglicana, firmado en documentos ecuménicos oficiales (ARCIC), sino que intenta atraer a la Iglesia católico-romana a sacerdotes anglicanos casados renunciando a aplicarles el voto de celibato.

- Ha reforzado los poderes eclesiales contrarios al concilio con el nombramiento de altos cargos anticonciliares (en la Secretaría de Estado y en la Congregación para la Liturgia, entre otros) y obispos reaccionarios en todo el mundo.

El Papa Benedicto XVI parece alejarse cada vez más de la gran mayoría del pueblo de la Iglesia, que de todas formas se ocupa cada vez menos de Roma y que, en el mejor de los casos, aún se identifica con su parroquia y sus obispos locales.

Sé que algunos de vosotros padecéis por el hecho de que el Papa se vea plenamente respaldado por la curia romana en su política anticonciliar. Esta intenta sofocar la crítica en el episcopado y en la Iglesia y desacreditar por todos los medios a los críticos. Con una renovada exhibición de pompa barroca y manifestaciones efectistas cara a los medios de comunicación, Roma trata de exhibir una Iglesia fuerte con un "representante de Cristo" absolutista, que reúne en su mano los poderes legislativo, ejecutivo y judicial.


Sin embargo, la política de restauración de Benedicto ha fracasado. Todas sus apariciones públicas, viajes y documentos no son capaces de modificar en el sentido de la doctrina romana la postura de la mayoría de los católicos en cuestiones controvertidas, especialmente en materia de moral sexual. Ni siquiera los encuentros papales con la juventud, a los que asisten sobre todo agrupaciones conservadoras carismáticas, pueden frenar los abandonos de la Iglesia ni despertar más vocaciones sacerdotales.

Precisamente vosotros, como obispos, lo lamentaréis en lo más profundo: desde el concilio, decenas de miles de obispos han abandonado su vocación, sobre todo debido a la ley del celibato. La renovación sacerdotal, aunque también la de miembros de las órdenes, de hermanas y hermanos laicos, ha caído tanto cuantitativa como cualitativamente. La resignación y la frustración se extienden en el clero, precisamente entre los miembros más activos de la Iglesia. Muchos se sienten abandonados en sus necesidades y sufren por la Iglesia. Puede que ese sea el caso en muchas de vuestras diócesis: cada vez más iglesias, seminarios y parroquias vacíos. En algunos países, debido a la carencia de sacerdotes, se finge una reforma eclesial y las parroquias se refunden, a menudo en contra de su voluntad, constituyendo gigantescas "unidades pastorales" en las que los escasos sacerdotes están completamente desbordados.

Y ahora, a las muchas tendencias de crisis todavía se añaden escándalos que claman al cielo: sobre todo el abuso de miles de niños y jóvenes por clérigos -en Estados Unidos, Irlanda, Alemania y otros países- ligado todo ello a una crisis de liderazgo y confianza sin precedentes. No puede silenciarse que el sistema de ocultamiento puesto en vigor en todo el mundo ante los delitos sexuales de los clérigos fue dirigido por la Congregación para la Fe romana del cardenal Ratzinger (1981-2005), en la que ya bajo Juan Pablo II se recopilaron los casos bajo el más estricto secreto. Todavía el 18 de mayo de 2001, Ratzinger enviaba un escrito solemne sobre los delitos más graves (Epistula de delitos gravioribus) a todos los obispos. En ella, los casos de abusos se situaban bajo elsecretum pontificium, cuya vulneración puede atraer severas penas canónicas. Con razón, pues, son muchos los que exigen al entonces prefecto y ahora Papa un mea culpa personal. Sin embargo, en Semana Santa ha perdido la ocasión de hacerlo. En vez de ello, el Domingo de Ramos movió al decano del colegio cardenalicio a levantar urbi et orbe testimonio de su inocencia.

Las consecuencias de todos estos escándalos para la reputación de la Iglesia católica son devastadoras. Esto es algo que también confirman ya dignatarios de alto rango. Innumerables curas y educadores de jóvenes sin tacha y sumamente comprometidos padecen bajo una sospecha general. Vosotros, estimados obispos, debéis plantearos la pregunta de cómo habrán de ser en el futuro las cosas en nuestra Iglesia y en vuestras diócesis. Sin embargo, no querría bosquejaros un programa de reforma; eso ya lo he hecho en repetidas ocasiones, antes y después del concilio. Sólo querría plantearos seis propuestas que, es mi convicción, serán respaldadas por millones de católicos que carecen de voz.


1. No callar: en vista de tantas y tan graves irregularidades, el silencio os hace cómplices. Allí donde consideréis que determinadas leyes, disposiciones y medidas son contraproducentes, deberíais, por el contrario, expresarlo con la mayor franqueza. ¡No enviéis a Roma declaraciones de sumisión, sino demandas de reforma!

2. Acometer reformas: en la Iglesia y en el episcopado son muchos los que se quejan de Roma, sin que ellos mismos hagan algo. Pero hoy, cuando en una diócesis o parroquia no se acude a misa, la labor pastoral es ineficaz, la apertura a las necesidades del mundo limitada, o la cooperación mínima, la culpa no puede descargarse sin más sobre Roma. Obispo, sacerdote o laico, todos y cada uno han de hacer algo para la renovación de la Iglesia en su ámbito vital, sea mayor o menor. Muchas grandes cosas en las parroquias y en la Iglesia entera se han puesto en marcha gracias a la iniciativa de individuos o de grupos pequeños. Como obispos, debéis apoyar y alentar tales iniciativas y atender, ahora mismo, las quejas justificadas de los fieles.

3. Actuar colegiadamente: tras un vivo debate y contra la sostenida oposición de la curia, el concilio decretó la colegialidad del Papa y los obispos en el sentido de los Hechos de los Apóstoles,donde Pedro tampoco actuaba sin el colegio apostólico. Sin embargo, en la época posconciliar los papas y la curia han ignorado esta decisión central del concilio. Desde que el papa Pablo VI, ya a los dos años del concilio, publicara una encíclica para la defensa de la discutida ley del celibato, volvió a ejercerse la doctrina y la política papal al antiguo estilo, no colegiado. Incluso hasta en la liturgia se presenta el Papa como autócrata, frente al que los obispos, de los que gusta rodearse, aparecen como comparsas sin voz ni voto. Por tanto, no deberíais, estimados obispos, actuar solo como individuos, sino en comunidad con los demás obispos, con los sacerdotes y con el pueblo de la Iglesia, hombres y mujeres.

4. La obediencia ilimitada sólo se debe a Dios: todos vosotros, en la solemne consagración episcopal, habéis prestado ante el Papa un voto de obediencia ilimitada. Pero sabéis igualmente que jamás se debe obediencia ilimitada a una autoridad humana, solo a Dios. Por tanto, vuestro voto no os impide decir la verdad sobre la actual crisis de la Iglesia, de vuestra diócesis y de vuestros países. ¡Siguiendo en todo el ejemplo del apóstol Pablo, que se enfrentó a Pedro y tuvo que "decirle en la cara que actuaba de forma condenable" (Gal 2, 11)! Una presión sobre las autoridades romanas en el espíritu de la hermandad cristiana puede ser legítima cuando estas no concuerden con el espíritu del Evangelio y su mensaje. La utilización del lenguaje vernáculo en la liturgia, la modificación de las disposiciones sobre los matrimonios mixtos, la afirmación de la tolerancia, la democracia, los derechos humanos, el entendimiento ecuménico y tantas otras cosas sólo se han alcanzado por la tenaz presión desde abajo.

5. Aspirar a soluciones regionales: es frecuente que el Vaticano haga oídos sordos a demandas justificadas del episcopado, de los sacerdotes y de los laicos. Con tanta mayor razón se debe aspirar a conseguir de forma inteligente soluciones regionales. Un problema especialmente espinoso, como sabéis, es la ley del celibato, proveniente de la Edad Media y que se está cuestionando con razón en todo el mundo precisamente en el contexto de los escándalos por abusos sexuales. Una modificación en contra de la voluntad de Roma parece prácticamente imposible. Sin embargo, esto no nos condena a la pasividad: un sacerdote que tras madura reflexión piense en casarse no tiene que renunciar automáticamente a su estado si el obispo y la comunidad le apoyan. Algunas conferencias episcopales podrían proceder con una solución regional, aunque sería mejor aspirar a una solución para la Iglesia en su conjunto. Por tanto:

6. Exigir un concilio: así como se requirió un concilio ecuménico para la realización de la reforma litúrgica, la libertad de religión, el ecumenismo y el diálogo interreligioso, lo mismo ocurre en cuanto a solucionar el problema de la reforma, que ha irrumpido ahora de forma dramática. El concilio reformista de Constanza en el siglo previo a la Reforma acordó la celebración de concilios cada cinco años, disposición que, sin embargo, burló la curia romana. Sin duda, esta hará ahora cuanto pueda para impedir un concilio del que debe temer una limitación de su poder. En todos vosotros está la responsabilidad de imponer un concilio o al menos un sínodo episcopal representativo.

La apelación que os dirijo en vista de esta Iglesia en crisis, estimados obispos, es que pongáis en la balanza la autoridad episcopal, revalorizada por el concilio. En esta situación de necesidad, los ojos del mundo están puestos en vosotros. Innúmeras personas han perdido la confianza en la Iglesia católica. Para recuperarla sólo valdrá abordar de forma franca y honrada los problemas y las reformas consecuentes. Os pido, con todo el respeto, que contribuyáis con lo que os corresponda, cuando sea posible en cooperación con el resto de los obispos; pero, si es necesario, también en solitario, con "valentía" apostólica (Hechos 4, 29-31). Dad a vuestros fieles signos de esperanza y aliento y a nuestra iglesia una perspectiva.

Os saluda, en la comunión de la fe cristiana, Hans Küng

http://sergioespejo.blogspot.com/2010/05/hans-kung-carta-abierta-los-obispos.html

Lealtad o Verdad... Ese es el dilema

A propósito del último libro de Eugenio Tironi, "Radiografía de una Derrota", han surgido muchas voces desde el entorno de la Ex-Concertación acusando al autor de Deslealtad.

No hay una crítica a lo comentado, a si en ese análisis descarnado existe o no algo que nos acerque a entender por qué la coalición más exitosa en la Historia republicana de Chile se precipitó al suelo sin pena ni gloria. Solo se le dispara al mensajero con esa grandilocuente palabra...LEALTAD.

No pretendo realizar un análisis del libro o del Autor... hay quienes lo hacen y lo harán bastante mejor.

Pero me da vueltas el término "Lealtad", gran palabra que puede interpretarse, como muchas cosas, según el cristal con que se mira.

¿Lealtad a quién o quiénes?...

¿A los Dirigentes de la Ex-Concertación que fueron desleales con los proyectos, promesas, sueños y esperanzas del Pueblo chileno y de las bases militantes que los sustentaban?

¿A quienes, sistemáticamente, fueron destruyendo la vida comunitaria que, en el marco de la lucha contra la dictadura, se había generado en nuestro País?

¿A quienes adaptaron la Constitución de la Dictadura y con ello sus paradigmas, desconociendo sus orígenes y pilares de sustentación?

¿A quienes no son capaces de representar cabalmente a aquellos que los hemos elegido para ese fin, incluso negándose a dar cuenta de su gestión?

¿A quienes no son capaces de vivir al interior de sus propias colectividades aquello que, propalando a los cuatro vientos, queríamos para el País cuando vivíamos en dictadura?

¿A quienes se aprovechan de frases como "El bien del País" o "El bien del Partido" para velar y construir su propio bienestar y el de sus camarillas?

Hoy todas las estructuras de la DC son ilegítimas, ilegales dentro de su propia institucionalidad, y ellos... como si nada.

Pretendemos hacer que nada pasó:

Hubo claras transgreciones a los mandatos claros del V Congreso del PDC.

Las autoridades funcionales y territoriales a nivel comunal, provincial y nacional, electas en su tiempo por dos años están caducas.

La Junta Nacional del PDC actuó sobre los Estatutos que señalan como se pueden reformar. No se cumplieron los plazos y formalidades necesarias que resguardan la legitimidad de los actos.

El Consejo Nacional se colocó sobre las Resoluciones del Congreso y, obviamente, de los Estatutos partidarios.

La Mesa Nacional se renovó al margen de las disposiciones establecidas para ese efecto.

El Tribunal Supremo no cumplió el mandato expreso del V Congreso y ha avalado las prácticas anómalas de la Conducción partidaria.

Todas las resoluciones tomadas por esos órganos carecen de legitimidad y de legalidad, por lo tanto no habrían sido ni son vinculantes para la militancia.

¿Que sería leal... avalarlo o denunciarlo?

La Autocrítica descarnada nos puede ayudar a no repetir errores.

Braulio Contador
Militante de Peñaflor