Señores: Marcelo Trivelli O.
Estimado Marcelo:
Me enteré de tu carta por este cauce abierto por Roberto , que junto al Blog de Carlos Espinoza y algunos foros de regiones ,son de los pocos espacios que nos permiten dialogar.
No entraré a aspectos formales importantes, como si realmente tienes 40 años de militancia o no. Si los tienes, más incomprensible es para mi tu actitud. Los que de manera indubitable tenemos más de 40 años de militancia en la DC, 48 en mi caso, hemos vivido experiencias muy duras y hemos mantenido nuestra convicción que este es el único partido en que se pueden servir, desde una perspectiva valórica cristiana no confesional, los intereses de la clase media y el pueblo.
Me sorprendió tu renuncia, que lamento, ya que las veces en que pudimos conversar directamente no percibí una grieta tan profunda entre tú y nosotros. También me llama la atención el tenor de tu carta. En efecto dices renunciar por una cuestión de principios. ¿Si hubieses sido nombrado, como querías, candidato a Senador?,o ¿si te hubiesen permitido ser candidato en Ñuñoa-Providencia, no habría habido violación de principios?
Sostengo que es un error no respetar las reglas del juego democrático y aplicar prácticas feudales y nepotismo en nuestra comunidad democrática, pero ellas no se impiden abandonando el PDC, al contrario eso favorece a los que las implementan.
Te señalé en nuestra última conversación que nos estabas haciendo daño a todos con un tipo de declaraciones exageradas y que te solicitaba humildemente que te sumaras a los esfuerzos que debemos hacer todos para fortalecer nuestra opción presidencial y parlamentaria. Te reiteré que aceptaras ser candidato a diputado por Santiago Centro, porque tienes recursos económicos, figuración pública y podrías probar el apoyo que la población daba a tus propuestas. El Partido en la zona te acogía con agrado, porque reconocían tu aporte. Lo mismo te había señalado meses antes, cuando te pedí, al igual que otros de tus amigos, que dejaras de lado tus aspiraciones presidenciales para sumarte a Eduardo Frei y fortalecer nuestra opción de triunfo, lo que hiciste y te agradecí por ello.
Pero, el mismo día de tu gran gesto, denuncias a los medios de comunicación un Golpe de Estado Blanco cuando no te integraban a la directiva y, una vez que lo hacen, sin explicación alguna, te sumaste a los “ supuestos golpistas”.
Yo estuve en desacuerdo, una vez más, con las decisiones de cambiar las reglas del juego democrático según las conveniencias y me jugué por la elección directa de las bases, como debe ser. Perdí, obtuvimos solo un 10%, me negué a votar en la elección que impusieron y me fui, sin escándalo, ya que no quiero ahondar el daño que se le hace al partido con esas equivocadas decisiones. Pasada la elección presidencial será el momento para confrontar con energía esas prácticas de todos los lotes, que rechazo tajantemente.
Ahora tu documento hace unos enunciados muy buenos, te refieres a temas importantes que varios hemos abordado en propuestas escritas anteriores, como el documento de Mayo, “ Por un nuevo comienzo”, que no hemos podido hacer circular debidamente. Pero en vez de proponer, como lo hacemos otros, y ofrecer un camino para concretar esas ideas, tú anuncias tu renuncia, la que, además, concretas solo, porque muchos camaradas y amigos que compartían un esfuerzo común contigo, han decidido, como corresponde, continuar la lucha en la DC, a la que han aportado y seguirán contribuyendo de una manera valiosa.
Marcelo; Tu llamas políticos tradicionales a todos los que no se suman a tu propuesta personal. Pero los que estamos y seguiremos en la DC, tratamos de superar esas prácticas egoístas, reñidas con el verdadero sentido de la política. Intentamos servir ideas de fondo que tienen un valor universal y con profundo arraigo en nuestra realidad nacional. Es cierto que en la DC, como comunidad humana que es, se producen pequeñeces y se constatan carencias de análisis a veces abismantes. Pero hay signos valiosos. Como lo señalado por la Iglesia Católica en Aparecida, para el Cambio de Época que vivimos. La valiosa guía para orientar esta época que representa la última encíclica Caritas in Veritatis. Lo hermoso de esto, Marcelo, es que los acuerdos de nuestro Congreso del 2007 y las recientes declaraciones de Eduardo Frei RT, nos indican que estamos en el camino correcto.
Si logramos reunir a nuestra Junta Nacional para discutir y aprobar la propuesta DC, como se acordó en la última Junta, habremos superado los errores previos a los últimos tres gobiernos, de no discutir en los partidos, lo que favorecerá la gobernabilidad del futuro Gobierno de la Concertación. Es de esperar que el mismo proceso pueda ser seguido por los partidos aliados, los que deben recoger, además, el aporte valioso de Océanos azules.
Tener posiciones como esta, significa pagar costos políticos y personales que varios hemos estado dispuestos a asumir, sin abandonar el PDC. Sin arrogancia, sin presumir de ser mejores que tú, pero no sintiéndonos menos que tú, te manifiesto que te equivocas.
Con franqueza Marcelo: Te pido que no uses tus dotes de comunicador para falsear la realidad. Te fuiste porque no te dieron la candidatura que creías merecer. Ojalá recapacites y regreses, como creo que debemos insistir en pedírselo a quienes por amistad, acompañaron a Adolfo en una aventura tan personalista y fracasada como lo será la tuya.
En la auténtica DC todos debemos tener derecho a segundas oportunidades.
Fraternalmente.
Ricardo Hormazábal S.
Me enteré de tu carta por este cauce abierto por Roberto , que junto al Blog de Carlos Espinoza y algunos foros de regiones ,son de los pocos espacios que nos permiten dialogar.
No entraré a aspectos formales importantes, como si realmente tienes 40 años de militancia o no. Si los tienes, más incomprensible es para mi tu actitud. Los que de manera indubitable tenemos más de 40 años de militancia en la DC, 48 en mi caso, hemos vivido experiencias muy duras y hemos mantenido nuestra convicción que este es el único partido en que se pueden servir, desde una perspectiva valórica cristiana no confesional, los intereses de la clase media y el pueblo.
Me sorprendió tu renuncia, que lamento, ya que las veces en que pudimos conversar directamente no percibí una grieta tan profunda entre tú y nosotros. También me llama la atención el tenor de tu carta. En efecto dices renunciar por una cuestión de principios. ¿Si hubieses sido nombrado, como querías, candidato a Senador?,o ¿si te hubiesen permitido ser candidato en Ñuñoa-Providencia, no habría habido violación de principios?
Sostengo que es un error no respetar las reglas del juego democrático y aplicar prácticas feudales y nepotismo en nuestra comunidad democrática, pero ellas no se impiden abandonando el PDC, al contrario eso favorece a los que las implementan.
Te señalé en nuestra última conversación que nos estabas haciendo daño a todos con un tipo de declaraciones exageradas y que te solicitaba humildemente que te sumaras a los esfuerzos que debemos hacer todos para fortalecer nuestra opción presidencial y parlamentaria. Te reiteré que aceptaras ser candidato a diputado por Santiago Centro, porque tienes recursos económicos, figuración pública y podrías probar el apoyo que la población daba a tus propuestas. El Partido en la zona te acogía con agrado, porque reconocían tu aporte. Lo mismo te había señalado meses antes, cuando te pedí, al igual que otros de tus amigos, que dejaras de lado tus aspiraciones presidenciales para sumarte a Eduardo Frei y fortalecer nuestra opción de triunfo, lo que hiciste y te agradecí por ello.
Pero, el mismo día de tu gran gesto, denuncias a los medios de comunicación un Golpe de Estado Blanco cuando no te integraban a la directiva y, una vez que lo hacen, sin explicación alguna, te sumaste a los “ supuestos golpistas”.
Yo estuve en desacuerdo, una vez más, con las decisiones de cambiar las reglas del juego democrático según las conveniencias y me jugué por la elección directa de las bases, como debe ser. Perdí, obtuvimos solo un 10%, me negué a votar en la elección que impusieron y me fui, sin escándalo, ya que no quiero ahondar el daño que se le hace al partido con esas equivocadas decisiones. Pasada la elección presidencial será el momento para confrontar con energía esas prácticas de todos los lotes, que rechazo tajantemente.
Ahora tu documento hace unos enunciados muy buenos, te refieres a temas importantes que varios hemos abordado en propuestas escritas anteriores, como el documento de Mayo, “ Por un nuevo comienzo”, que no hemos podido hacer circular debidamente. Pero en vez de proponer, como lo hacemos otros, y ofrecer un camino para concretar esas ideas, tú anuncias tu renuncia, la que, además, concretas solo, porque muchos camaradas y amigos que compartían un esfuerzo común contigo, han decidido, como corresponde, continuar la lucha en la DC, a la que han aportado y seguirán contribuyendo de una manera valiosa.
Marcelo; Tu llamas políticos tradicionales a todos los que no se suman a tu propuesta personal. Pero los que estamos y seguiremos en la DC, tratamos de superar esas prácticas egoístas, reñidas con el verdadero sentido de la política. Intentamos servir ideas de fondo que tienen un valor universal y con profundo arraigo en nuestra realidad nacional. Es cierto que en la DC, como comunidad humana que es, se producen pequeñeces y se constatan carencias de análisis a veces abismantes. Pero hay signos valiosos. Como lo señalado por la Iglesia Católica en Aparecida, para el Cambio de Época que vivimos. La valiosa guía para orientar esta época que representa la última encíclica Caritas in Veritatis. Lo hermoso de esto, Marcelo, es que los acuerdos de nuestro Congreso del 2007 y las recientes declaraciones de Eduardo Frei RT, nos indican que estamos en el camino correcto.
Si logramos reunir a nuestra Junta Nacional para discutir y aprobar la propuesta DC, como se acordó en la última Junta, habremos superado los errores previos a los últimos tres gobiernos, de no discutir en los partidos, lo que favorecerá la gobernabilidad del futuro Gobierno de la Concertación. Es de esperar que el mismo proceso pueda ser seguido por los partidos aliados, los que deben recoger, además, el aporte valioso de Océanos azules.
Tener posiciones como esta, significa pagar costos políticos y personales que varios hemos estado dispuestos a asumir, sin abandonar el PDC. Sin arrogancia, sin presumir de ser mejores que tú, pero no sintiéndonos menos que tú, te manifiesto que te equivocas.
Con franqueza Marcelo: Te pido que no uses tus dotes de comunicador para falsear la realidad. Te fuiste porque no te dieron la candidatura que creías merecer. Ojalá recapacites y regreses, como creo que debemos insistir en pedírselo a quienes por amistad, acompañaron a Adolfo en una aventura tan personalista y fracasada como lo será la tuya.
En la auténtica DC todos debemos tener derecho a segundas oportunidades.
Fraternalmente.
Ricardo Hormazábal S.