Trascendió lo que sería el proyecto de Reforma Laboral de la Presidenta Bachelet. Manteniendo el camino de sus predecesores, el gobierno quiere contribuir a la construcción de un sistema de relaciones laborales más moderno y democrático, y, al mismo tiempo que más justo, adecuado a los tiempos que vivimos.
A punto de entrar en vigencia la reforma a la Justicia Laboral, quizas la transformación más significativa en décadas, iniciada en el gobierno del ex Presidente Lagos y continuada en el actual, correspondía profundizar en el perfeccionamiento de la negociación colectiva, claramente ineficaz en el cumplimiento de su sentido más profundo, cual es representar equilibradamente los intereses de trabajadores y empleadores en la determinación de sus condiciones de trabajo.
El proyecto conocido se orienta en esa dirección. Mediante el reforzamiento de la titularidad sindical, restringiendo el ámbito de los grupos negociadores; posibilitando la articulación de la negociación a las empresas de un mismo holding y perfeccionando los efectos de la extensión de los beneficios negociados a otros trabajadores. Avanza en fortalecer la expresión de las demandas de trabajadores.
Reforzar la titularidad sindical es un requisito ineludible para incorporar materias novedosas y hacerlas susceptibles de ser negociadas, garantizando que ello irá en beneficio de ambas partes y no sólo, como hasta ahora sucede, en interés exclusivo del empleador. Así, se abre un necesario debate sobre las posibilidades reales de un modelo que incorpore adaptabilidad negociada como instrumento de adecuación de formas productivas de organización del trabajo, garantizando el respeto de los derechos de los trabajadores. Sin desconocer que el proyecto es un avance y va en la dirección correcta, deberá debatirse sobre algunas de sus insuficiencias, entre las que destaca la no eliminación de la reprochable institución del reemplazo de trabajadores en huelga, y la carencia de un carácter más vinculante y contundente de una negociación colectiva para los trabajadores de temporada, sector vulnerado en sus derechos y no escuchado en sus demandas.
Tales aspectos y otros debieran surgir en el debate en la medida que, como esperamos, el proyecto del gobierno sea presentado al Parlamento y, una vez más, de cara a los electores, los candidatos se definan frente al desafío de construir un mundo del trabajo más justo.
YERKO LJUBETIC
Ex ministro del Trabajo
Candidato a Diputado Distrito 31
A punto de entrar en vigencia la reforma a la Justicia Laboral, quizas la transformación más significativa en décadas, iniciada en el gobierno del ex Presidente Lagos y continuada en el actual, correspondía profundizar en el perfeccionamiento de la negociación colectiva, claramente ineficaz en el cumplimiento de su sentido más profundo, cual es representar equilibradamente los intereses de trabajadores y empleadores en la determinación de sus condiciones de trabajo.
El proyecto conocido se orienta en esa dirección. Mediante el reforzamiento de la titularidad sindical, restringiendo el ámbito de los grupos negociadores; posibilitando la articulación de la negociación a las empresas de un mismo holding y perfeccionando los efectos de la extensión de los beneficios negociados a otros trabajadores. Avanza en fortalecer la expresión de las demandas de trabajadores.
Reforzar la titularidad sindical es un requisito ineludible para incorporar materias novedosas y hacerlas susceptibles de ser negociadas, garantizando que ello irá en beneficio de ambas partes y no sólo, como hasta ahora sucede, en interés exclusivo del empleador. Así, se abre un necesario debate sobre las posibilidades reales de un modelo que incorpore adaptabilidad negociada como instrumento de adecuación de formas productivas de organización del trabajo, garantizando el respeto de los derechos de los trabajadores. Sin desconocer que el proyecto es un avance y va en la dirección correcta, deberá debatirse sobre algunas de sus insuficiencias, entre las que destaca la no eliminación de la reprochable institución del reemplazo de trabajadores en huelga, y la carencia de un carácter más vinculante y contundente de una negociación colectiva para los trabajadores de temporada, sector vulnerado en sus derechos y no escuchado en sus demandas.
Tales aspectos y otros debieran surgir en el debate en la medida que, como esperamos, el proyecto del gobierno sea presentado al Parlamento y, una vez más, de cara a los electores, los candidatos se definan frente al desafío de construir un mundo del trabajo más justo.
YERKO LJUBETIC
Ex ministro del Trabajo
Candidato a Diputado Distrito 31
(Artículo publicado en Diario "La Tercera)
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