Santiago, 31 de Julio de 2017
Señora
Carolina Goic
Boroevic
Presidenta
Nacional PDC
Presente
Estimada Carolina:
Ingresé a la Democracia Cristiana
hace poco más de 30 años. Lo hice mientras compartía detención en una Comisaría
de Carabineros junto a camaradas de la Facultad de Derecho de la Universidad de
Chile, con los que protestábamos contra la intervención militar y a favor de la
recuperación de la democracia en el país. Formo parte de una generación que con
orgullo eligió servir a Chile, a través de la Democracia Cristiana, cuando ello
era una pesada carga y los costos eran enormes.
En ese espíritu he tenido el
privilegio de ejercer diversas responsabilidades en las que siempre he
procurado poner en el centro el servicio, especialmente a los más vulnerables,
y la defensa de estándares éticos consistentes con la pertenencia a un partido
Demócrata y Cristiano.
Hace cuatro años atrás el Partido me
pidió que aceptara el desafío de representarlo como candidato a Diputado por el
Distrito 35 de la Región de O´Higgins. Como ha ocurrido con la mayoría de los
desafíos que he enfrentado en mi vida, se trataba de una tarea en extremo
difícil. Sin embargo, con el respaldo de un equipo humano extraordinario y con
la motivación que entregaba el servir una causa llena de sentido, la lucha a
favor de la inclusión social, económica y política, el resultado fue favorable.
Como siempre, he procurado servir con dedicación y honorabilidad.
Agradezco muy especialmente la
invitación que me hiciste hace algunos meses y que me ha llevado, por tercera
vez, a tener el honor de formar parte como Vice Presidente de la Directiva
Nacional de la Democracia Cristiana.
Desafortunadamente, la Junta
Nacional del sábado 28 de julio recién
pasado ha puesto en evidencia una mayoría partidaria que, dando muestra de una
enorme insensibilidad ética, ha preferido proteger pequeños cálculos
electorales por sobre los intereses generales de Chile y, en especial, con
total desprecio hacia los derechos de las mujeres y a la lucha contra la
violencia intrafamiliar.
La señal es inconfundible. La Democracia
Cristiana está más interesada en los votos que en la defensa de los principios
que la hicieron grande.
Lo anterior constituye sólo un
síntoma más en una cadena de episodios a través de los cuales el partido
escogió abandonar el camino de nuestros fundadores. Ahí está la dificultad
estructural para sancionar las faltas a la probidad. Ahí está la
descalificación sistemática de las opiniones de los camaradas, marcando una y
otra vez lo que nos distancia por sobre el sentido de comunidad que hace de las
diferencias una fuente de riqueza. Ahí está la protección de quienes, sin
escrúpulos, incluso traicionan una y otra vez las propias candidaturas del partido
buscando acomodos indefendibles.
Lo hemos apreciado incluso en la
defensa tibia o en la abierta omisión de algunos de nuestros principales
dirigentes en la defensa de los estándares éticos con que tu nos has llamado a
reconstruir la confianza.
Un partido que se traiciona a sí
mismo es un partido que traicionará a Chile.
No puedo ser parte de ésto. Me rebelo contra esta realidad.
En una época en la que la renuncia a las posiciones de poder y aparentes
privilegios parece imposible, quiero dar testimonio de la misma libertad de
espíritu y vocación de servicio que en plena dictadura militar me llevó a
abrazar la causa de la democracia y la justicia, de la batalla contra la
violencia y la pobreza , de los valores de la Democracia Cristiana. Como en los
años de la lucha no violenta, lo único de que dispongo es de la capacidad de
renunciar a mi interés personal y poner por sobre cualquier cosa el bien del
país que amo y al que he servido toda mi vida.
Por esa razón, a través de esta carta, te comunico formalmente mi renuncia
a la Democracia Cristiana y por lo tanto también a mi calidad de Vicepresidente
del Partido y a mi repostulación como Diputado. Lo hago con gratitud inmensa
hacia las mujeres y hombres, de toda edad y condición social, a lo largo de
todo Chile y muy especialmente hoy en la Región de O´Higgins, junto a quienes
he recorrido un camino del que me siento orgulloso.
Me alejo para defender, como humanista cristiano y con libertad, las causas
que la Democracia Cristiana ha escogido abandonar.
Fraternalmente,
Sergio Espejo Yaksic
Tribunal Supremo del PDC
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