Lo peor del cáncer es su silencioso comienzo, el paciente se siente bien y no tiene grandes molestias. Al ser diagnosticado, generalmente, la primera reacción es de incredulidad y se asume una postura de negación.
La búsqueda de “otro diagnóstico” que les parezca más favorable, continuar el estilo de vida que se lleva y retardar el inicio del tratamiento les hace perder tiempo valioso y necesario para obtener un pronóstico favorable.
Nuestro Partido está en ese trance. La crisis que hoy vivimos no es más que la manifestación de un mal que corroe nuestra organización a todo nivel. Existen camaradas que, de una forma u otra, nos han señalado el diagnóstico pero, la soberbia, el exitismo y el ansia de Poder nos ha enceguecido y nos lleva a negar la crisis y buscar “otra opinión” que esté mas de acuerdo a nuestros intereses.
Nos basamos, para justificar nuestra presencia, en la enorme cantidad de integrantes que posee el Partido, constituida por adherentes (camaradas que no han votado en las últimas tres elecciones continuas) y militantes.
Pero, estos últimos, que son la base de nuestra institucionalidad, se diferencian en:
1.- Los que participan activamente en el Partido, se han formado, tienen una base doctrinaria e ideológica que los hace vivir la opción que han elegido y piensan en el PDC como un instrumento que nos permita servir al País.
2.- Los que están en el Partido por conservar una “pega”, no participan activamente en el Partido, con excepción de la base o núcleo del servicio al que pertenecen y aparecen en las actividades comunales solo cuando hay una elección o llega un dirigente del Partido para que los vea.
3.- Los que llegan solo a las elecciones cuando los “acarrea” el candidato de turno. Ingresaron al PDC por ese u otro caudillo a cambio de una promesa o prebenda, no sienten al Partido ni conocen sus fundamentos y, en muchos casos, poseen direcciones que solo conoce el “dirigente” que los inscribió. Ellos son la gran mayoría de los inscritos en los padrones comunales.
Durante la presidencia del Ex- camarada Adolfo Zaldívar se intentó hacer un reempadronamiento que permitiera diferenciar a los verdaderos militantes del Partido, pero, en lugar de eso y después de mucho trabajar para cumplir los plazos y metas, se conservaron, como base, los mismos padrones a los cuales se les agregó un número indeterminado de nuevos militantes que no realizaron premilitancia ni fueron aprobados en los consejos comunales.
Es mas, después de eso, se ha seguido incorporando a militantes, y se ha tomado juramento a personas que no cumplen ni han cumplido los requisitos de militancia que el Estatuto del Partido señala.
La situación descrita no ocurriría si es que quienes dirigen nuestro Partido, a todo nivel, aplicaran las disposiciones del Estatuto partidario con el mismo celo que lo aplican cuando desean deshacerse de un adversario interno o simplemente marginarlo de las decisiones que deben tomarse.
Además, quienes deben ejercer el Control para evitar estos hechos no cumplen su obligación por convencimiento o simple desidia.
Dr. Braulio Contador
Militante de Peñaflor
La búsqueda de “otro diagnóstico” que les parezca más favorable, continuar el estilo de vida que se lleva y retardar el inicio del tratamiento les hace perder tiempo valioso y necesario para obtener un pronóstico favorable.
Nuestro Partido está en ese trance. La crisis que hoy vivimos no es más que la manifestación de un mal que corroe nuestra organización a todo nivel. Existen camaradas que, de una forma u otra, nos han señalado el diagnóstico pero, la soberbia, el exitismo y el ansia de Poder nos ha enceguecido y nos lleva a negar la crisis y buscar “otra opinión” que esté mas de acuerdo a nuestros intereses.
Nos basamos, para justificar nuestra presencia, en la enorme cantidad de integrantes que posee el Partido, constituida por adherentes (camaradas que no han votado en las últimas tres elecciones continuas) y militantes.
Pero, estos últimos, que son la base de nuestra institucionalidad, se diferencian en:
1.- Los que participan activamente en el Partido, se han formado, tienen una base doctrinaria e ideológica que los hace vivir la opción que han elegido y piensan en el PDC como un instrumento que nos permita servir al País.
2.- Los que están en el Partido por conservar una “pega”, no participan activamente en el Partido, con excepción de la base o núcleo del servicio al que pertenecen y aparecen en las actividades comunales solo cuando hay una elección o llega un dirigente del Partido para que los vea.
3.- Los que llegan solo a las elecciones cuando los “acarrea” el candidato de turno. Ingresaron al PDC por ese u otro caudillo a cambio de una promesa o prebenda, no sienten al Partido ni conocen sus fundamentos y, en muchos casos, poseen direcciones que solo conoce el “dirigente” que los inscribió. Ellos son la gran mayoría de los inscritos en los padrones comunales.
Durante la presidencia del Ex- camarada Adolfo Zaldívar se intentó hacer un reempadronamiento que permitiera diferenciar a los verdaderos militantes del Partido, pero, en lugar de eso y después de mucho trabajar para cumplir los plazos y metas, se conservaron, como base, los mismos padrones a los cuales se les agregó un número indeterminado de nuevos militantes que no realizaron premilitancia ni fueron aprobados en los consejos comunales.
Es mas, después de eso, se ha seguido incorporando a militantes, y se ha tomado juramento a personas que no cumplen ni han cumplido los requisitos de militancia que el Estatuto del Partido señala.
La situación descrita no ocurriría si es que quienes dirigen nuestro Partido, a todo nivel, aplicaran las disposiciones del Estatuto partidario con el mismo celo que lo aplican cuando desean deshacerse de un adversario interno o simplemente marginarlo de las decisiones que deben tomarse.
Además, quienes deben ejercer el Control para evitar estos hechos no cumplen su obligación por convencimiento o simple desidia.
Dr. Braulio Contador
Militante de Peñaflor
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