Documento oficial del V Congreso.
Publicado en la página de la Directiva Provincial Talagante.
La Democracia Cristiana reunida los días 12 y 13 de octubre en su V Congreso para el Cambio, ha debatido fraternalmente sobre el futuro de Chile y su gente.
La DC siempre se ha anticipado a los tiempos, por eso con espíritu unitario y sobre la base de una visión humanista cristiana y progresista, la DC ha pensado el Chile de aquí al 2027.
Este encuentro resume el trabajo de más de un año a nivel comunal, provincial y regional, donde se escucharon las demandas de los ciudadanos y la sociedad organizada en todos sus niveles, para formular propuestas que den respuesta a los nuevos desafíos que los chilenos y chilenas nos demandan.
Ha sido un proceso transparente y participativo.
Ese fue nuestro desafío, y hoy estamos orgullosos de compartir con los chilenos y chilenas el alto nivel del debate alcanzado en este Congreso, que aportará una mirada desde el centro político a los retos que tiene el Chile de las próximas dos décadas.
Al inicio de este Congreso, planteamos 5 desafíos: Como conseguir un país más feliz; Un país con desarrollo para todos; Un país más moderno y conectado; Un país que siente al poder más cercano y Un país humano y más armónico.
Este Congreso ha acogido estos desafíos y ha aprobado las siguientes propuestas
La Democracia Cristiana ha reafirmado su amor y compromiso con la persona humana, asegurando el derecho a la vida desde su inicio.
Hemos ratificado nuestro ser comunitario y que nuestro partido basa su acción en tres valores esenciales: libertad, justicia y solidaridad, al que agregaremos la fraternidad.
Que somos un partido doctrinario e ideológico, que orienta sus acciones en principios y valores fundamentales. Que creemos en el sentido ético de la política como noble expresión de servicio público, lo cual se expresa en la búsqueda permanente del bien común y la verdad.
Reiteramos que somos un partido no confesional y que integra las visiones y los aportes de las diferentes comunidades religiosas y de nuevas fuentes del pensamiento intelectual, que vienen a enriquecer nuestras raíces, sustentadas en la doctrina social cristiana.
La familia es para la Democracia Cristiana la primera y más importante comunidad. Es la base para el desarrollo de la persona y la vida en común; el espacio del cuidado de los hijos, del afecto y la protección entre sus miembros; de la formación de valores y transmisión de la cultura; de la construcción de confianza y conciencia de derechos y responsabilidades sociales.
Promovemos la búsqueda del amor estable y la familia unida que tiene su expresión ideal en el matrimonio entre un hombre y una mujer.
Los democratacristianos creemos que es necesario reconocer y proteger todas las situaciones familiares, especialmente aquellas más vulnerables.
La Democracia Cristiana acordó incluir en la declaración de derechos fundamentales de la persona, el derecho a tener una familia.
Nuestra población está envejeciendo, por eso promoveremos políticas de fomento a la natalidad responsable.
Debemos poner énfasis en el apoyo a las familias que decidan tener varios hijos. Para ello proponemos la creación del Ministerio de la Familia y Asuntos Sociales. Aumentar el post natal masculino y combatir la discriminación de la mujer en los costos por conceptos de maternidad o edad fértil.
Queremos que se reconozca constitucionalmente el derecho social de toda familia a contar con una vivienda digna.
Asimismo, en materia de cultura e identidad, hemos expresado la necesidad de reconocer constitucionalmente a los pueblos originarios y ratificar la declaración de Naciones Unidas sobre los derechos humanos de los pueblos indígenas.
La Democracia Cristiana pone como prioridad política el equilibrio de género en todos los ámbitos, promoviendo los necesarios cambios culturales, sociales, institucionales y legales.
Repudiamos absolutamente la violencia basada en el género, que afecta a las mujeres en el plano económico, político, sicológico, sexual y físico, en especial el femicidio como uno de los grandes males sociales.
La justicia social es un concepto que está estrechamente ligado al de igualdad de oportunidades, donde se encuentra la idea de derechos económicos y sociales mínimos garantizados para todos.
Por ello, impulsaremos un conjunto de reformas políticas y constitucionales que permitan avanzar hacia un verdadero estado democrático y social de derecho. Y una red de protección social que reconozca estos derechos.
Reiteramos nuestro compromiso con una educación de calidad, donde la acción de los privados debe estar orientada de manera esencial por su motivación de aportar al proceso formativo de nuestros niños y jóvenes.
Asimismo, hemos dicho que las ciudades deben ser espacios de integración y cohesión social. Promoveremos el derecho a la ciudad, que permita a todas las personas disfrutar de sus beneficios sin exclusiones ni segregaciones.
A su vez, con el fin de constituir a la innovación en un pilar estratégico para el desarrollo, la DC promoverá un incremento significativo del gasto público en innovación.
En lo relativo a la economía, hemos propuesto la desconcentración del poder económico, una mejor distribución de los ingresos, un desarrollo basado en la persona, arraigado en las comunidades y que respete el medioambiente.
La macroeconomía debe preocupase de los equilibrios globales, que van más allá de cuentas fiscales equilibradas. El banco central debe preocuparse también del crecimiento y el empleo.
Requerimos generar una nueva estrategia de desarrollo, con el objeto de adecuarla a la nueva etapa que vive el país, sus desafíos y posibilidades. El estado debe tener los medios para participar en forma directa y eficiente en la provisión de bienes y servicios de interés social, cuando sea necesario.
Sin energía no hay desarrollo. Hemos establecido que deben explorarse todas las alternativas disponibles, bajo la convicción de que la energía es indispensable para el crecimiento y la eliminación de la pobreza.
Todo ello, sin descuidar el debido resguardo de nuestro medioambiente y los recursos naturales.
Los democratacristianos entendemos que el trabajo humano es el centro de la economía. Seremos los principales promotores del trabajo decente y de un salario ético.
Nuestro partido liderará las propuestas para hacer de la negociación colectiva una herramienta eficaz de los trabajadores y promoveremos la creación de un Consejo Económico Social, como instrumento permanente de diálogo y desarrollo social.
La DC ve a las Pymes y a los emprendedores como instrumentos centrales de la nueva fase de desarrollo. Debemos asegurarles un mejor acceso a los mercados y generar una institucionalidad única y del más alto nivel para su desarrollo integral.
Para garantizar la actividad económica de los distintos tamaños y tipos de empresa, el estado debe diseñar normas, instrumentos y políticas que reconozcan las diferencias entre las empresas de acuerdo a su envergadura y realidad.
Camaradas, dijimos que íbamos a modernizar nuestro partido. Pues bien, hemos recibido el mandato para formular un nuevo estatuto del partido democratacristiano que busque hacerlo más democrático, transparente, abierto, eficiente y descentralizado. Jerarquizando la condición del militante y poniendo límites a la reelección en los cargos internos.
Para fortalecer y legitimar el sistema político en Chile, hemos señalado nuestra decisión de promover una nueva Ley de Partidos Políticos.
Planteamos también, optar por un parlamento unicameral, poner límite a la reelección de los cargos de elección popular y proceder a la elección democrática de los gobiernos regionales.
Del mismo modo, los democratacristianos creemos que llegó la hora de dotar a Chile de una nueva constitución, efectivamente democrática y que sea la carta de navegación que le permita a Chile ser una sociedad, más desarrollada, más moderna e integrada.
Chile necesita un Estado que sea un líder estratégico, un estado fuerte y que invierta en forma eficiente los recursos de todos los chilenos, lo cual exige reestructurar radicalmente el estado.
Estamos en el siglo 21, en la era de las comunicaciones.
Debemos transformar la información en un derecho social, que contribuya en los procesos de promoción del pueblo.
Tenemos que democratizar los medios de comunicación. Promoveremos la creación de nuevos medios de comunicación y el fomento de redes solidarias de comunicación social.
Para cumplir ese objetivo, es indispensable adoptar un sistema de televisión digital, que privilegie la existencia de más canales, mejores contenidos, más oferta de comunicación a nivel nacional, regional y local, que genere más democracia y diversidad cultural.
La seguridad pública se ha transformado en una de las principales preocupaciones de los chilenos y chilenas.
Los democratacristianos consideramos que la Seguridad Ciudadana es un bien público que debe ser garantizado a las personas y sociedad en su conjunto.
Queremos ser líderes en la construcción de hogares, barrios y ciudades seguras y en impulsar la persecución penal eficiente de la delincuencia. Para ello, comprometemos políticas públicas para que nuestros barrios y calles sean seguros y tranquilos, con espacios públicos y desarrollo urbano equitativo. Instaurando el concepto de Tranquilidad Ciudadana en reemplazo de seguridad ciudadana para poner el acento en
En materia de política internacional, hoy la Democracia Cristiana ha comprometido su trabajo para relevar el tema ambiental en la agenda internacional, abogando por la implementación de los contenidos de la Convención de Naciones Unidas sobre el cambio climático y el protocolo de Kyoto.
Para la DC, las relaciones vecinales de Chile, son un tema de paz, integración, desarrollo, seguridad y cooperación. En este contexto, manifestamos nuestra disposición para avanzar hacia el perfeccionamiento del acceso de Bolivia al mar, de manera mutuamente satisfactoria.
En materia de Defensa, reiteramos que es una política de Estado y que debe ser participativa, plenamente transparente y generadora de acuerdos.
Reiteramos nuestra voluntad de poner fin a la Ley Reservada del cobre y procurar que las Fuerzas Armadas cuenten con el personal y los recursos necesarios para cumplir adecuadamente su función.
Estas son nuestras propuestas para ganar el futuro.
Estas definiciones son trascendentales y obligan a todos los democratacristianos.
Durante un año abrimos nuestras puertas y ventanas para escuchar a Chile. Hoy con humildad le pedimos a los chilenos y chilenas que escuchen a la DC.
Publicado en la página de la Directiva Provincial Talagante.
La Democracia Cristiana reunida los días 12 y 13 de octubre en su V Congreso para el Cambio, ha debatido fraternalmente sobre el futuro de Chile y su gente.
La DC siempre se ha anticipado a los tiempos, por eso con espíritu unitario y sobre la base de una visión humanista cristiana y progresista, la DC ha pensado el Chile de aquí al 2027.
Este encuentro resume el trabajo de más de un año a nivel comunal, provincial y regional, donde se escucharon las demandas de los ciudadanos y la sociedad organizada en todos sus niveles, para formular propuestas que den respuesta a los nuevos desafíos que los chilenos y chilenas nos demandan.
Ha sido un proceso transparente y participativo.
Ese fue nuestro desafío, y hoy estamos orgullosos de compartir con los chilenos y chilenas el alto nivel del debate alcanzado en este Congreso, que aportará una mirada desde el centro político a los retos que tiene el Chile de las próximas dos décadas.
Al inicio de este Congreso, planteamos 5 desafíos: Como conseguir un país más feliz; Un país con desarrollo para todos; Un país más moderno y conectado; Un país que siente al poder más cercano y Un país humano y más armónico.
Este Congreso ha acogido estos desafíos y ha aprobado las siguientes propuestas
La Democracia Cristiana ha reafirmado su amor y compromiso con la persona humana, asegurando el derecho a la vida desde su inicio.
Hemos ratificado nuestro ser comunitario y que nuestro partido basa su acción en tres valores esenciales: libertad, justicia y solidaridad, al que agregaremos la fraternidad.
Que somos un partido doctrinario e ideológico, que orienta sus acciones en principios y valores fundamentales. Que creemos en el sentido ético de la política como noble expresión de servicio público, lo cual se expresa en la búsqueda permanente del bien común y la verdad.
Reiteramos que somos un partido no confesional y que integra las visiones y los aportes de las diferentes comunidades religiosas y de nuevas fuentes del pensamiento intelectual, que vienen a enriquecer nuestras raíces, sustentadas en la doctrina social cristiana.
La familia es para la Democracia Cristiana la primera y más importante comunidad. Es la base para el desarrollo de la persona y la vida en común; el espacio del cuidado de los hijos, del afecto y la protección entre sus miembros; de la formación de valores y transmisión de la cultura; de la construcción de confianza y conciencia de derechos y responsabilidades sociales.
Promovemos la búsqueda del amor estable y la familia unida que tiene su expresión ideal en el matrimonio entre un hombre y una mujer.
Los democratacristianos creemos que es necesario reconocer y proteger todas las situaciones familiares, especialmente aquellas más vulnerables.
La Democracia Cristiana acordó incluir en la declaración de derechos fundamentales de la persona, el derecho a tener una familia.
Nuestra población está envejeciendo, por eso promoveremos políticas de fomento a la natalidad responsable.
Debemos poner énfasis en el apoyo a las familias que decidan tener varios hijos. Para ello proponemos la creación del Ministerio de la Familia y Asuntos Sociales. Aumentar el post natal masculino y combatir la discriminación de la mujer en los costos por conceptos de maternidad o edad fértil.
Queremos que se reconozca constitucionalmente el derecho social de toda familia a contar con una vivienda digna.
Asimismo, en materia de cultura e identidad, hemos expresado la necesidad de reconocer constitucionalmente a los pueblos originarios y ratificar la declaración de Naciones Unidas sobre los derechos humanos de los pueblos indígenas.
La Democracia Cristiana pone como prioridad política el equilibrio de género en todos los ámbitos, promoviendo los necesarios cambios culturales, sociales, institucionales y legales.
Repudiamos absolutamente la violencia basada en el género, que afecta a las mujeres en el plano económico, político, sicológico, sexual y físico, en especial el femicidio como uno de los grandes males sociales.
La justicia social es un concepto que está estrechamente ligado al de igualdad de oportunidades, donde se encuentra la idea de derechos económicos y sociales mínimos garantizados para todos.
Por ello, impulsaremos un conjunto de reformas políticas y constitucionales que permitan avanzar hacia un verdadero estado democrático y social de derecho. Y una red de protección social que reconozca estos derechos.
Reiteramos nuestro compromiso con una educación de calidad, donde la acción de los privados debe estar orientada de manera esencial por su motivación de aportar al proceso formativo de nuestros niños y jóvenes.
Asimismo, hemos dicho que las ciudades deben ser espacios de integración y cohesión social. Promoveremos el derecho a la ciudad, que permita a todas las personas disfrutar de sus beneficios sin exclusiones ni segregaciones.
A su vez, con el fin de constituir a la innovación en un pilar estratégico para el desarrollo, la DC promoverá un incremento significativo del gasto público en innovación.
En lo relativo a la economía, hemos propuesto la desconcentración del poder económico, una mejor distribución de los ingresos, un desarrollo basado en la persona, arraigado en las comunidades y que respete el medioambiente.
La macroeconomía debe preocupase de los equilibrios globales, que van más allá de cuentas fiscales equilibradas. El banco central debe preocuparse también del crecimiento y el empleo.
Requerimos generar una nueva estrategia de desarrollo, con el objeto de adecuarla a la nueva etapa que vive el país, sus desafíos y posibilidades. El estado debe tener los medios para participar en forma directa y eficiente en la provisión de bienes y servicios de interés social, cuando sea necesario.
Sin energía no hay desarrollo. Hemos establecido que deben explorarse todas las alternativas disponibles, bajo la convicción de que la energía es indispensable para el crecimiento y la eliminación de la pobreza.
Todo ello, sin descuidar el debido resguardo de nuestro medioambiente y los recursos naturales.
Los democratacristianos entendemos que el trabajo humano es el centro de la economía. Seremos los principales promotores del trabajo decente y de un salario ético.
Nuestro partido liderará las propuestas para hacer de la negociación colectiva una herramienta eficaz de los trabajadores y promoveremos la creación de un Consejo Económico Social, como instrumento permanente de diálogo y desarrollo social.
La DC ve a las Pymes y a los emprendedores como instrumentos centrales de la nueva fase de desarrollo. Debemos asegurarles un mejor acceso a los mercados y generar una institucionalidad única y del más alto nivel para su desarrollo integral.
Para garantizar la actividad económica de los distintos tamaños y tipos de empresa, el estado debe diseñar normas, instrumentos y políticas que reconozcan las diferencias entre las empresas de acuerdo a su envergadura y realidad.
Camaradas, dijimos que íbamos a modernizar nuestro partido. Pues bien, hemos recibido el mandato para formular un nuevo estatuto del partido democratacristiano que busque hacerlo más democrático, transparente, abierto, eficiente y descentralizado. Jerarquizando la condición del militante y poniendo límites a la reelección en los cargos internos.
Para fortalecer y legitimar el sistema político en Chile, hemos señalado nuestra decisión de promover una nueva Ley de Partidos Políticos.
Planteamos también, optar por un parlamento unicameral, poner límite a la reelección de los cargos de elección popular y proceder a la elección democrática de los gobiernos regionales.
Del mismo modo, los democratacristianos creemos que llegó la hora de dotar a Chile de una nueva constitución, efectivamente democrática y que sea la carta de navegación que le permita a Chile ser una sociedad, más desarrollada, más moderna e integrada.
Chile necesita un Estado que sea un líder estratégico, un estado fuerte y que invierta en forma eficiente los recursos de todos los chilenos, lo cual exige reestructurar radicalmente el estado.
Estamos en el siglo 21, en la era de las comunicaciones.
Debemos transformar la información en un derecho social, que contribuya en los procesos de promoción del pueblo.
Tenemos que democratizar los medios de comunicación. Promoveremos la creación de nuevos medios de comunicación y el fomento de redes solidarias de comunicación social.
Para cumplir ese objetivo, es indispensable adoptar un sistema de televisión digital, que privilegie la existencia de más canales, mejores contenidos, más oferta de comunicación a nivel nacional, regional y local, que genere más democracia y diversidad cultural.
La seguridad pública se ha transformado en una de las principales preocupaciones de los chilenos y chilenas.
Los democratacristianos consideramos que la Seguridad Ciudadana es un bien público que debe ser garantizado a las personas y sociedad en su conjunto.
Queremos ser líderes en la construcción de hogares, barrios y ciudades seguras y en impulsar la persecución penal eficiente de la delincuencia. Para ello, comprometemos políticas públicas para que nuestros barrios y calles sean seguros y tranquilos, con espacios públicos y desarrollo urbano equitativo. Instaurando el concepto de Tranquilidad Ciudadana en reemplazo de seguridad ciudadana para poner el acento en
En materia de política internacional, hoy la Democracia Cristiana ha comprometido su trabajo para relevar el tema ambiental en la agenda internacional, abogando por la implementación de los contenidos de la Convención de Naciones Unidas sobre el cambio climático y el protocolo de Kyoto.
Para la DC, las relaciones vecinales de Chile, son un tema de paz, integración, desarrollo, seguridad y cooperación. En este contexto, manifestamos nuestra disposición para avanzar hacia el perfeccionamiento del acceso de Bolivia al mar, de manera mutuamente satisfactoria.
En materia de Defensa, reiteramos que es una política de Estado y que debe ser participativa, plenamente transparente y generadora de acuerdos.
Reiteramos nuestra voluntad de poner fin a la Ley Reservada del cobre y procurar que las Fuerzas Armadas cuenten con el personal y los recursos necesarios para cumplir adecuadamente su función.
Estas son nuestras propuestas para ganar el futuro.
Estas definiciones son trascendentales y obligan a todos los democratacristianos.
Durante un año abrimos nuestras puertas y ventanas para escuchar a Chile. Hoy con humildad le pedimos a los chilenos y chilenas que escuchen a la DC.
2 comentarios:
Hola : Se toco en el encuentro la participacion de los sectores marginales y como se reparte el poder interno Lease grupos ,familias ,o lideres que no se pueden alejar del poder ,como por ejemplo los diputadso y/o senadores ,alcaldes que ocupan ese poder para mantener su cuota al interior de la DC y entoces como se puede llamar democracia si no somos iguales .
Porque los camaradasque ocupan cargo publico para evitar esto solo se dedican a su labor publica y dejan a los que no tiene su suerte a a producir diraje apara los ,mas jovenes y dejan de coartar a los que no tienn nada, eso debiera estar en los estatutos : si eres elegido para un cargo publico dedicate a ello. y asi se evita la influencia del estado y de su dinero en la DC me hago entender.
16 Oct 2007
Estimado Braulio:
Tienes toda la razón. El desafío que viene es el hacer el nuevo Estatuto del PDC y recorrer Chile dando a conocer las conclusiones de nuestro Congreso y el SUEÑO pais que tenemos.
Un fuerte abrazo!
Soledad Alvear
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